Conseguir que nos transformemos en afrodisíacos andantes es el Santo Grial de la industria de la perfumería, aunque el aroma que puede seducir a hombres y mujeres -o a los dos- sigue siendo un misterio.
Si bien se sabe que los insectos y los animales responden automáticamente a las sustancias químicas dejadas por sus congéneres e incluso algunos tienen un órgano especial dedicado a ello, los científicos no han podido hallar un sólo componente que tenga ese fuerte efecto psicológico en los humanos.
Fuente:BBC